Universidad Nacional Autónoma de México - Instituto de Investigaciones Filosóficas
Posgrado en Filosofía de la Ciencia - Seminario de Historia y Filosofía de la Ciencia Racializada
Instituto de Biología - Posgrado en Ciencias Biológicas
taller
"What is Wrong
with the Machine Conception of the Organism?"
Dr. Daniel J. Nicholson
Konrad Lorenz Institute for Evolution and Cognition Research (Klosterneuburg, Austria)
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29 de octubre - Aula 6, 10:00 am a 12:00 pm.
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30 y 31 de octubre - Aula Alejandro Rossi, 10:00 am a 12:00 pm.
*Conferencias en inglés y preguntas en español
El taller responderá a la pregunta (desde una perspectiva organicista y procesual) esgrimiendo tres argumentos distintos:
1. "Organismos ≠ Máquinas: El argumento desde la Teleología"
2. "Organismos ≠ Máquinas: El argumento desde la Termodinámica"
3. "Organismos ≠ Máquinas: El argumento de la Escala”
A pesar de todos sus éxitos, la biología moderna ha hecho muy poco por abordar la pregunta fundamental que se encuentra en su centro, a saber, ‘¿Cuál es la naturaleza del organismo?’ Los biólogos contemporáneos (así como los filósofos de la biología) rara vez hacen esta pregunta abierta y explícitamente. La razón es simple: ya presuponen la respuesta. El organismo es una máquina. De hecho, la historia de la biología desde el siglo XVII es, en muchos sentidos, la historia del éxito de la concepción mecanicista del organismo (CMO) formulada por René Descartes y desarrollada por numerosos pensadores biológicos a lo largo de los siglos posteriores.
Hoy en día, la CMO es una de las metáforas más dominantes en la biología. Parte de su éxito radica en su notable plasticidad, ya que es capaz de tomar una variedad de formas diferentes dependiendo del contexto. Por mencionar sólo algunas de sus manifestaciones contemporáneas, en biología del desarrollo equipara al embrión con una computadora que ejecuta un conjunto predeterminado de operaciones de acuerdo con un programa codificado en sus genes; en biología evolutiva asimila a los organismos como artefactos de diseño óptimo esculpidos ciegamente por la selección natural; y en biología molecular identifica a la célula como una fábrica de máquinas moleculares altamente especializadas.
En los últimos años, sin embargo, ha habido un mayor número de voces disidentes a medida que más biólogos y filósofos han comenzado a cuestionar la legitimidad teórica de la CMO. Está quedando claro que, a pesar de su innegable valor heurístico, la CMO sólo ofrece una visión parcial, y bastante distorsionada, de los sistemas vivos. La razón es que, a pesar de algunas similitudes superficiales, los organismos son fundamentalmente diferentes de las máquinas. Desde un punto de vista ontológico, la CMO está llena de problemas. En esta serie de charlas, esgrimiré tres argumentos distintos contra la CMO con el propósito de establecer su insuficiencia como una teoría general de los sistemas vivos:
El primero, que puede ser referido como el argumento desde la teleología, afirma que los organismos son intrínsecamente intencionados (en el sentido de que sus actividades y operaciones internas están dirigidas al mantenimiento de su propia organización), mientras que las máquinas son extrínsicamente intencionadas (dado que su funcionamiento está orientado a cumplir fines funcionales de agentes externos).
El segundo, que puede denominarse el argumento desde la termodinámica, afirma que los organismos presentan estabilidad dinámica (debido a su necesidad de intercambiar constantemente energía y materia con su entorno con el fin de mantenerse en un estado estacionario negentrópico lejos del equilibrio), mientras que las máquinas presentan estabilidad estática (dado que no requieren gastar energía libre constantemente para asegurar su preservación continua a medida que transitan hacia adelante y hacia atrás desde el equilibrio a las condiciones de casi-equilibrio).
Y el tercero, que puede ser referido como el argumento desde la escala, afirma que,debido a su tamaño microscópico, las células (y sus constituyentes moleculares) están sujetas a condiciones físicas drásticamente diferentes en comparación con los objetos macroscópicos como las máquinas y, en consecuencia, el uso de metáforas mecanísticas para explicar fenómenos moleculares y celulares es mucho más probable que oscurezca y engañe que ayude a dilucidar y esclarecer.
El primero de estos argumentos tiene consecuencias especialmente destacadas para el desarrollo y la evolución, el segundo tiene implicaciones particularmente importantes para la morfología y la fisiología, y el tercero es de importancia crucial para la biología molecular y celular.
En el transcurso de las tres charlas, propondré una conceptualización alternativa de los sistemas vivos y exploraré el alcance y los límites de las metáforas en la ciencia en general.



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Universidad Nacional Autónoma de México - Instituto de Investigaciones Filosóficas
Posgrado en Filosofía de la Ciencia - Seminario de Historia y Filosofía de la Ciencia Racializada
Instituto de Biología - Posgrado en Ciencias Biológicas
workshop
"What is Wrong
with the Machine Conception of the Organism?"
Dr. Daniel J. Nicholson
Konrad Lorenz Institute for Evolution and Cognition Research (Klosterneuburg, Austria)
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October 29th - Aula 6, 10:00 am. - 12:00 pm.
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October 30 and 31 - Aula Alejandro Rossi, 10:00 am. - 12:00 pm.
* Conferencias en inglés y preguntas en español
The workshop will answer the question (from an organic and procedural perspective) using three different arguments:
1. "Organisms ≠ Machines: The Argument from Teleology"
2. "Organisms ≠ Machines: The Argument from Thermodynamics"
3. "Organisms ≠ Machines: The Argument from Scale”
Despite all its successes, modern biology has done remarkably little to tackle the fundamental question that lies at its very heart, namely ‘What is the nature of the organism?’ Contemporary biologists (and philosophers of biology, for that matter) seldom ask this question openly and explicitly. The reason is simple: they already presuppose the answer. The organism is a machine. Indeed, the history of biology since the seventeenth century is in many ways the story of the success of the machine conception of the organism (MCO), formulated by René Descartes, and developed by numerous biological thinkers over subsequent centuries.
Today, the MCO is one of the most pervasive metaphors in biology. Part of its success lies in its remarkable plasticity, as it is able to take a variety of different forms depending on the context. To mention only a few of its contemporary manifestations, in developmental biology it equates the embryo with a computer that executes a predetermined set of operations in accordance with a program encoded in its genes; in evolutionary biology it assimilates organisms with optimally-designed artefacts blindly engineered by natural selection; and in molecular biology it identifies the cell as a factory of highly specialized molecular machines.
In recent years, however, there have been growing voices of dissent as more biologists and philosophers have begun to question the theoretical legitimacy of the MCO. It is becoming clear that, despite its undeniable heuristic value, the MCO offers only a partial, and rather distorted, view of living systems. The reason is that, some superficial similarities notwithstanding, organisms are fundamentally different from machines. From an ontological point of view, the MCO is fraught with problems. In this series of talks, I will advance three distinct arguments against the MCO with the purpose of establishing its inadequacy as a general theory of living systems:
The first, which can be referred to as the argument from teleology, states that organisms are intrinsically purposive (in the sense that their activities and internal operations are directed towards the maintenance of their own organization), whereas machines are extrinsically purposive (given that their workings are geared towards fulfilling the functional ends of external agents).
The second, which can be referred to as the argument from thermodynamics, states that organisms exhibit dynamic stability (due to their need to constantly exchange energy and matter with their surroundings in order to keep themselves in a negentropic steady-state far from equilibrium), whereas machines exhibit static stability (given that they do not require to constantly expend free energy to ensure their continued preservation as they slide back and forth from equilibrium to near-equilibrium conditions).
And the third, which can be referred to as the argument from scale, states that owing to their microscopic size, cells (and their macromolecular constituents) are subject to drastically different physical conditions compared to macroscopic objects like machines, and that consequently using machine metaphors to explain molecular and cellular phenomena is far more likely to obscure and deceive than it is to elucidate and enlighten.
The first of these arguments has especially salient consequences for development and evolution, the second has particularly important implications for morphology and physiology, and the third is of crucial relevance for molecular and cell biology.
Over the course of the three talks, I will propose an alternative conceptualization of living systems and explore the scope and limits of metaphors in science more generally.



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